viernes, 6 de enero de 2012

Una charla con Paula Carbonell

Los cuentos son como trocitos de solomillo

Para Carbonell el cuento es, antes que cualquier otra cosa, una primera aproximación a la literatura. “Sería como alguien que dice que a los niños no hay que darles solomillo porque es muy pesado para ellos y yo creo que hay que dárselo a trocitos y que el cuento es la estructura que permite al niño saborear ese trocito y luego comerse el solomillo entero”. 

“Creo que el cuento reúne todos los elementos esenciales que contiene la literatura, es decir es sintético, es una estructura cerrada - que tiene un principio, un nudo y un desenlace - y en ese nudo suceden cosas, acciones que muestran la belleza, la fealdad, el amor, el desamor o lo que sea no a través de la palabra, sino de la síntesis y esto es lo más difícil: no hay muchos cuentos infantiles con esta estructura. Yo creo que a los niños hay que darles cuentos. Si les queremos dar literatura, hay que darles cuentos”.

Según Paula Carbonell las historias que más gustan a los niños suelen ser las que narran algún conflicto, alguna oposición - la bondad frente a la maldad, la belleza frente a la fealdad, las brujas frente a las hadas – sin embargo se puede y se debe hablar de todo, no existen temas tabú.

“Los personajes que van a gustar más son aquellos con los que los niños se identifican: si son más pequeños, hasta los cuatro años, las cosas que les interesan son aquellas que puedan reconocer, aquellas que pertenecen al mundo que les rodea: la escuela, los animalitos que empiezan a conocer. En la medida en la que crecen, les van a interesar más cosas, pero cada uno de ellos es distinto y necesita cosas muy distintas".

"Por lo que se refiere a la cuestión de si hay que proporcionar a los niños sólo las cosas que puedan entender, si esto fuera así no les daríamos poesía. A veces somos demasiado protectores y creo que si las cosas están hechas desde el sentido común, desde el buen gusto y la literatura, se puede hablar de todo”.

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