jueves, 1 de octubre de 2009

Reseña de El león Kandinga, de Boni Ofogo y Elisa Arguilé

El león Kandinga, de Boniface Ofogo y Elisa Arguilé, es un álbum que llama a la puerta con fuerza, acumulando argumentos para no pasar inadvertido.

Primero, por ser de Boni Ofogo, el conocido narrador camerunés, que no solo destaca por una voz, una modulación y un repertorio propios, sino que incluye entre los elementos de su oficio una vestimenta llamativa y estudiadamente exótica (desde nuestro punto de vista, claro) como parte de una cuidada creación de ambiente. Boni vive desde hace años en España, cuenta en español y francés y es todo un placer oírlo.


Segundo, porque es una historia moral con moraleja expresa: «El león no pudo contestar. Murió víctima del veneno letal de la Serpiente Negra; aunque, en realidad, murió víctima de su avaricia y su egoísmo». En buena medida, la literatura infantil europea se ha ido alejando de las moralejas definidas características de la literatura popular para adoptar caminos más oblicuos, en los que se invita a pensar y hablar, pero no se cierra el círculo. Los cuentos de Boni Ofogo, en cambio, vienen de la tradición oral genuina (con sus ventajas e inconvenientes).

Y tercero, porque la apuesta estética de Elisa Arguilé es, por decirlo de algún modo, radical: pocos colores, combinaciones estridentes, líneas muy gruesas y efectos de zoom y distorsión. Gustará o disgustará, pero no dejará indiferente. En la mediación con los niños me ha llamado la atención que uno ellos repasaba las líneas de una página con el dedo, una y otra vez, casi hipnotizado.

2 comentarios:

  1. Muy acertado el comentario sobre las ilustraciones. No dejarán indiferente a nadie.

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  2. En casa hubo opiniones contrarias y divididas, pero no solo en casa. También pienso que Arguilé tiene un estilo peculiar y, sin embargo, no es la Arguilé característica. Encuentro difícil valorar estos temas.

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